Gabriela Venturi es profesora de inglés en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Nacional de Rosario. Quizás enseñar en una escuela de agricultura fue lo que alimentó su curiosidad y respeto por el mundo natural que la rodeaba, además de su pasión por el idioma inglés. Esta curiosidad la llevó a crear Baigorria Verde, una organización sin fines de lucro que reúne a los residentes locales preocupados por los impactos ambientales negativos del rápido desarrollo urbano en Granadero Baigorria, ya que su ciudad parecía volverse gris lentamente, tomando el olor del asfalto y perdiendo su espacios verdes urbanos.
«Algunos de nosotros, los vecinos, nos reunimos para quejarnos cuando vimos que un desarrollo inmobiliario avanzaba sin crear ninguna cubierta de árboles. Cada vez más de nosotros comenzamos a unirnos, por lo que formamos una organización sin fines de lucro, «, explica Gabriela. “Con el tiempo, empezamos a darnos cuenta de que una organización no puede dedicarse únicamente a quejarse, así que empezamos a pensar en qué podíamos hacer en términos positivos. Necesitábamos ser proactivos para demostrar la importancia de la cubierta arbórea y los espacios verdes y convivencia respetuosa con la naturaleza.”
Baigorria Verde contaba con una base sólida a la que Sembrando Futuros sumó su apoyo, inicialmente a través de capacitaciones gratuitas para organizaciones de la sociedad civil. «Eso fue realmente interesante. Tuvimos muchas reuniones y fueron una contribución vital para nuestro crecimiento al mostrarnos todo lo que implica administrar una organización legalmente registrada, algo que no conocíamos. Nos brindaron todas las herramientas que necesitamos , y la capacitación fue espectacular”, cuenta Gabriela, compartiendo a modo de ejemplo que las capacitaciones les enseñaron a llenar muchos formularios que ni siquiera sabían que existían. «Este tipo de asistencia profesional fue crucial para nosotros y otras organizaciones que comenzaron con mucho impulso, pero que trabajan en gran medida de manera informal».
La capacitación ofrecida por Sembrando Futuros también brindó una oportunidad de financiamiento para un número selecto de proyectos concretos. Esta fue una motivación extra para Baigorria Verde, pues ya habían conocido el trabajo de Sembrando Futuros por la ciudad. Como su nombre indica, Sembrando Futuros ayudó a poner en marcha el proyecto «Plantar» para incrementar la presencia de especies arbóreas autóctonas en los espacios verdes públicos de Granadero Baigorria.
Los primeros brotes del proyecto Plantar
Gabriela explica que, ya sea por desconocimiento o por falta de interés, los espacios verdes públicos suelen contener especies invasoras que terminan siendo perjudiciales para el medio ambiente, ya que no están adaptados para convivir con las especies nativas de la región. Por eso es tan importante que el entorno urbano se componga principalmente de especies de plantas autóctonas. El primer paso del proyecto Plantar fue encontrar un espacio para construir un invernadero. Después de algunos intentos fallidos, John Deere se puso la camiseta del proyecto proverbial y proporcionó 40 metros cuadrados (~ 431 pies cuadrados) en los terrenos de la empresa para construir el invernadero.
A partir de ese momento, los miembros de Baigorria Verde y los voluntarios de la empresa y la comunidad trabajan todos los días en el invernadero para cultivar especies de árboles autóctonos que luego plantarán en diferentes espacios al aire libre de la ciudad. Alerta de spoiler: el invernadero de Baigorria Verde y Siembra Futuros ya ha plantado 37 árboles, con 12 más programados para plantar en breve y 83 que están disponibles para las solicitudes de plantación por venir.
«Mis niños jugarán bajo la sombra de este árbol un día»
Sebastián es técnico mecánico y trabaja para John Deere Argentina desde hace 16 años. Actualmente vive en Granadero Baigorria, cerca de su lugar de trabajo. Disfruta de actividades al aire libre durante su tiempo libre, lo que lo conecta con la naturaleza. Para él, no hay nada mejor que correr al aire libre para sentirse renovado después de un día duro. Un día en el trabajo, mientras caminaba hacia la cafetería en su descanso, Sebastián notó un cartel que reclutaba voluntarios. «Tan pronto como escaneé el código QR, vi el proyecto Plantar. No dudé en apuntarme, porque disfruto mucho cuidando el medio ambiente. Creo que es una parte esencial de la vida». El técnico mecánico de John Deere de repente se encontró cambiando sus típicas responsabilidades laborales por meterse hasta el codo en la tierra, inhalar los aromas de la naturaleza y seguir las instrucciones y la guía paciente de «las chicas de Baigorria Verde», de quienes aprendió muchas cosas nuevas. “Durante la primera jornada de voluntariado que hice con Plantar, sembramos árboles en el parque Eva Perón, que está a tres cuadras de mi casa”, cuenta Sebastián haciendo una pausa. Tiende a hacer una pausa cuando describe un momento que está reviviendo, como si estuviera cautivado por las imágenes que pasan ante su mente.