Ricardo Donoso es el vicedirector de la Escuela Secundaria Orientada N° 422 de Granadero Baigorria, quien desde hace más de 10 años trabaja codo a codo junto a la directora Rossana Inveninato en una de estas labores que superan ampliamente al tiempo invertido en el establecimiento, ya que el colegio termina transformándose en una segunda casa por la cual pasan una gran cantidad de hijos que llegan a formarse para la vida.
En dicho establecimiento cerca de 950 alumnos pasan por las aulas en los diferentes turnos, pero claro, como suele pasarle a la gran mayoría de los colegios “el problema está a la hora de hacer gimnasia”, porque en la mayoría de los casos el espacio arquitectónico no alcanza para cubrir las necesidades que tiene los chicos a la hora de fomentar una práctica deportiva, fundamental para el desarrollo y la integración de los mismos.
“Lo increíble es que nosotros tenemos la ventaja de tener el espacio disponible. Tenemos un predio de una hectárea. Una vez casi sale algo, se había intentado buscar alguna ayuda, pero quedó en la intención nomas” cuenta Ricardo.
A principios del año 2018 Global Communities comenzaba a realizar sus primeras acciones del programa Sembrando Futuros en Argentina. En ese momento, entre las distintas instituciones que tuvieron su primer contacto con la organización, Ricardo vio esta llegada como “más de lo mismo” y dijo en forma socarrona: “necesitamos un playón deportivo para que los chicos dejen de chocarse entre ellos cuando hacen gimnasia”.
En Granadero Baigorria, Argentina, tres escuelas secundarias albergan a una gran cantidad de alumnos, los cuales normalmente terminan haciendo Educación Física en otros predios que tienen que alquilar o pedir prestado. Esto genera por un lado la incomodidad de los traslados y por el otro las complicaciones que se dan por el hecho de sacar a los chicos del establecimiento para hacer una actividad escolar fuera del mismo, especialmente cuando se trata de actividades físicas que pueden requerir casos de atención medica básica en cuánto a golpes o caídas.
Hay personas que son de dejarse llevar y otras que empujan. Ricardo Donoso es una de estas últimas y ni bien vio que “la gente de Sembrando Futuros iba en serio”, rápidamente se puso manos a la obra. ¿Por dónde empezar? Lo primero sin lugar a dudas era buscar mayor cantidad de manos, y entre charlas y mates, justamente la idea de un “mate, te bingo” fue una buena forma de comenzar a recaudar fondos.
Comunidad reunida en evento para recaudar fondos
Unos días antes de la llegada de la primavera y con un tarde espléndida la gente comenzaba a acercarse al salón cubierto de la Escuela Secundaria Orientada N° 422 de Granadero Baigorria. ¿Qué pasa? Preguntaban algunos vecinos curiosos. “Hoy hacemos una jornada para recaudar plata para el playón para los chicos” decía la directora con una ancha sonrisa viendo como los alumnos se preparaban para oficiar de mozos. La idea prendió en toda la comunidad: hubo gente que se encargó de la logística, otra que salió a buscar regalitos para los sorteos, otra que se propuso para animar el evento y conseguir artistas y así, entre padres, madres, alumnos, docentes, no docentes, directivos y profesionales de Global Communities, lograron una excelente convocatoria y una mejor recaudación.
El presidente del Centro de Estudiantes de la escuela, Marcos Zárate dijo que “es genial tener un momento para poder juntar a las familias y hacerlos partícipes de esto. Hace años venimos luchando para poder tener un espacio para realizar Educación Física.”
Para este evento, la comunidad tuvo la participación de:
- 48 personas (37 adultos entre familiares y docentes y 11 jóvenes)
- 1760 horas de participación comunitaria, de 350 personas que asistieron
- 210.614,00 pesos de recaudación y contrapartes.
Manos a la obra!
Para el segundo evento de características similares, Donoso estaba emocionado. “Hay un montón de gente que se está moviendo para hacer este sueño realidad y el incentivo es mágico porque mientras nosotros estamos armando cosas acá adelante, atrás ya comenzaron con algunas obras, eso no tiene precio. Es nuestro regalo de jubilación”
Directivos, Docentes y alumnos trabajaron juntos y se movilizaron buscando contrapartes para llevar adelante la obra. Ellos lograron el apoyo de los vecinos, comercios y empresas de Granadero Baigorria para que su proyecto sea posible. En las sucesivas reuniones realizadas en la etapa previa se habló de “poner en marcha una alternativa educativa para la contención de los adolescentes, considerando que la actividad física, deportiva y recreativa ayuda a la prevención de problemáticas sociales”, convencidos de que “en la práctica deportiva se educa para la convivencia, se incrementa la autoestima, se mejora la salud y se favorece el fortalecimiento de vínculos sociales con responsabilidad y respeto”. Cuando hablamos de playón deportivo, hablamos de todo eso.
Por eso mismo, cuando el cemento estuvo asentado, contando con la colaboración del Centro de Estudiantes, docentes de educación física y de voluntarios de John Deere, se realizó una jornada de trabajo en conjunto, donde se delimitaron y pintaron las canchas de Básquet, Voley y Handball, además de reparar las estructuras (arcos, jirafas y postes). Lo que arrancó como un sueño, de a poco se fue materializando.
Agustina Vargas vicepresidenta del Centro de Estudiantes de la escuela agradeció la presencia de voluntarios de docentes ya que “sin ellos no nos hubiésemos orientado” y destacó la importancia de tener un roce vinculado con el trabajo “para nosotros que estamos terminando la secundaria, es algo muy bueno”.
Por su parte, Osvaldo Novell de Supervisión y Logística de John Deere, quien participó como voluntario de la jornada, destacó el acompañamiento que se les brindó a los chicos “transmitiéndole la experiencia que tenemos nosotros de trabajar por ejemplo en la parte de seguridad laboral” destacando que los jóvenes “son el futuro y nosotros debemos orientarlos”. A su vez Leonardo Juarez, operario de John Deere y ex alumno de la escuela, se sintió muy oruglloso de “volver a la escuela por unas horas” y además de recuerdos personales, esta era una vuelta muy linda ya que lo hacía para colaborar en un trabajo que dejaría una huella “la verdad que como ex alumno de la escuela estoy muy contento de haber ayudado a los chicos, ser parte de esto me pone muy orgulloso y lo volvería a hacer mil veces más”.
Para la jornada de pintura, la comunidad tuvo la participación de:
- 14 voluntarios de John Deere con 70 horas de participación comunitaria
- 35 jóvenes alumnos con 175 horas de participación comunitaria
- 6 docentes con 30 horas de participación comunitaria
Playón deportivo: el sueño realizado de un espacio de convivencia dentro de la escuela
La mejor forma de inaugurar el playón deportivo del colegio fue realizar un torneo deportivo intercolegial invitando a participar a las escuelas N° 550 y la N° 330 de Granadero Baigorria, pero no desde un lugar competitivo. El objetivo del torneo fue habilitar un espacio de intercambio entre jóvenes, mediado por la actividad física. Se propuso construir una actividad educativa en la que la participación de los estudiantes no estuviera supeditada al género, a niveles de habilidad ni a lógicas competitivas. La idea también fue resaltar el valor lúdico del deporte, que permite a los alumnos divertirse, integrarse, formar equipos y tener metas en común.
Divididos en tres categorías (sub 14, sub 16 y sub 18), alumnos de la escuela N°422, la N°550 y la N°330 jugaron al volley, handball y fútbol en equipos mixtos por género y colegio. El torneo fue un éxito, la diversión y la inclusión fueron los grandes ganadores de la jornada. Hubo momentos de mucha satisfacción que estaban “fuera del guion», como el caso de dos de los voluntarios de John Deere quiénes son ex alumnos de “la 422”. Para ellos fue una jornada cargada de recuerdos y de gratificación al ver un playón deportivo en donde antes no había nada. También se acercaron autoridades municipales, quienes destacaron la labor realizada por el equipo de trabajo de Sembrando Futuros en conjunto con la comunidad docente y prometieron sumar su granito de arena en el futuro.
El torneo finalizó entre abrazos, aprendizajes y mucho, pero mucho futuro por delante, junto al compromiso además, de seguir trabajando el próximo año con los jóvenes de las tres escuelas que participaron del intercolegial. El 2020 nos encontrará con nuevos desafíos para este grupo de jóvenes que durante el 2019 aprendió nuevas herramientas de gestión, entendió la importancia de involucrar cada vez más actores de la comunidad para desarrollar sus objetivos y vivió en carne propia la gratificación de compartir los logros. Esta comunidad educativa ya no es la misma, tiene un hito que ha sido generado por ellos mismos y esa piedra, es solamente la base de un gran camino de desarrollo por delante.
Para la realización del torneo, la comunidad tuvo la participación de:
- 5 voluntarios de John Deere con 20 horas de participación comunitaria
- 428 jóvenes alumnos con 1712 horas de participación comunitaria
- 23 docentes con 148 horas de participación comunitaria
- 101.605 pesos de contrapartes entre la jornada de pintura y el torneo